De niño soñaba con vestir la celeste y blanca como mi viejo.
Hoy soy jugador de la Selección Argentina hace 16 años.

Al Voley le di todo, y me devolvió satisfacciones increíbles.

Jugando recorrí el mundo y cumplí sueños que parecían inalcanzables, pero nunca podría haberlo hecho solo. 

En el camino tuve grandes compañeros y maestros que me enseñaron a jugar, a mejorar física y técnicamente, así como mental y espiritualmente.

Dicen que el alumno supera al maestro, y como amo los desafíos, vengo a redoblar la apuesta: superarme a mí mismo.

Así surge el llamado de compartir lo aprendido, para responsablemente inspirar a quienes

estén dispuestos a desafiarse.

Vamos a jugar al Voley, claro! Pero no solamente, porque siempre entra a la cancha la persona que decido ser.

Te espero!